jueves, 25 de septiembre de 2008

PRIMERO LO PRIMERO

Proverbios 24: 27
Prepara tus labores fuera, y disponlas en tus campos. Y después edificarás tu casa.

Lucasc 14: 28
Porque ¿quien de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta pimero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?


El hombre es un ser de planificación. Antes de emprender cualquier actividad, por pequeña que sea, nos encontramos pensando en los tiempos, los costos, el órden para emprender ,la labor, y es una vez que hemos estructurado todo mentalmente que nos lanzamos a la obra. Así fuimos hechos, y, como si siguiéramos la forma en la que el Gran Arquitecto nos diseñó y nos hizo, así también en nosotros existe esta necesidad de imponer un órden a nuestra labor,.

Dios nos pide que nos pongamos siempre en sus manos, sugerencia que frecuentemente hace desatinar y confundir al ser humano. Piensan que, ya que el Creador puso en nosotros una mente capaz de cavilar, de estructurar, de planear, tenemos lo suficiente como para hacerlo por nuestra cuenta, sin necesidad de Dios. Y consideran también que para qué hemos de recurrir a Dios, si es de Él que tenemos esa capacidad, si fué Él mismo quien nos dió una mente completamente estructurada para realizar la labor pensante en forma independiente.

La pregunta entonces es: ¿porqué nos metemos en cosas que no están dentro de Su voluntad? ¿Porqué erramos el camino con tanta frecuencia? ¿Porqué nos damos cuenta, una vez concluída la labor, que hemos vivido en una forma diferente a lo que Él quería para nuestra vida? Porque vivir exitosamente no significa necesariamente recorrer el tipo de camino que Él tenía pensado para nosotros. De ahí, pues, la necesidad de pedir al Señor en oración que Él sea quien oriente nuestros pasos al planear, y quien nos dé luz para ejecutar, para vivir esos planes.

Procura pedir a Dios su guía al planear y al ejecutar cualquier acto en tu vida. Especialmente los importantes, como tu matrimonio, como la constitución de tu familia, etc. Se requieren ciertos preparativos antes de empezar esas actividades, y es no solamente tranquilizador tener a Dios como tu guía y tu luz, sino también sabio el tenerle como tu sabio lazarillo.

No hay comentarios: