martes, 23 de diciembre de 2008

FELIZ NAVIDAD

Diciembre de 2008

Los corazones de los hombres vibran en un tono diferente durante éstas fechas decembrinas, cual pocas veces en los doce meses anteriores. ¿Porqué? No en forma gratuita, ni inexplicablemente. Ese sentimiento tan especial es obra del Espíritu Santo, que ya actuó así anteriormente en la humanidad al hacernos sentir la Gracia de Dios, que algún día expresó así Su benevolencia a la humanidad:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquél
que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Juan 3: 16

Dios ejerció su amor por la humanidad, su amor ágape, un tipo de amor incomprensible por nosotros, un tipo de amor inconmensurable. Porque ése hijo unigénito debía venir a rescatar a gente como tú, como yo, gente que caminaba irremisiblemente a la perdición:

“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar
Lo que se había perdido”
Lucas 19: 10

Y quien era ese que se había perdido, sino justamente tú, querido amigo, que has pecado, como todos los pertenecientes a ésta humanidad:

“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos
de la Gloria de Dios”
Romanos 3: 23

Y debíamos pagar esos pecados con la muerte eterna, también llamada el infierno. Pero ése amor ágape al que nos referimos al principio fue el que Le movió a inmolarse por ti, pecador, y por mí, y por toda la humanidad que en Él cree.

“Porque la paga del pecado es muerte, mas la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús,
Señor Nuestro”
Romanos 6: 23

Si eres de ese grupo que en Él cree, felicidades. Porque de esto se trata la Natividad del Señor, de esto se trata Su nacimiento.

“Él Señor no retarda Su promesa, según
algunos la tienes por tardanza, sino que es
paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento”
2 Pedro 3: 8




Creamos que Él es el único en quien se puede confiar para aquel día, para el día de nuestra redención. Creamos que solo en Él hay salvación, y perdón de nuestros pecados. Y alegrémonos con todos los que hemos optado por el Señor, diciendo:





FELIZ

NATIVIDAD