martes, 19 de junio de 2012

HOMBRES CÉLIBES



1 Corintios 7:8
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; 9pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
Efesios 5: 31
Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.



Del célebre Pablo tenemos el consejo que leemos arriba. Si tuviéramos el don de continencia, es decir, si podemos estar sin tener relaciones sexuales, sería aceptable no casarnos. En nuestro servicio a Dios, no tendríamos que estar dividiendo nuestra atención en dos o más frentes. Pero para gentes, hombres y mujeres, para los cuales el deseo sexual es tan prevalente, el hermano Pablo recomienda casarse, sin lugar a dudas.

Sabio y grande  Dios, de quien viene el matrimonio, y quien lo instituyó. Conociendo al ser humano, llámese hombre o mujer, sabe que el complemento ideal tanto para uno como para el otro, es el matrimonio. Si, hablo del aspecto sexual, pero también del complemento anímico, y espiritual, y artístico, y de todas las facetas que en nosotros existen, y que nos es tan grato compartir con alguien, especialmente si ese alguien es nuestra esposa, o esposo. El no tener éste compañero natural, ideado por Dios mismo, nos lleva a aberraciones de tal magnitud como los adulterios, las pederastias, las fornicaciones, etc.

Querido amigo casado, querida amiga casada, el sexo es un regalo precioso, dado por Dios a las parejas dentro del matrimonio. Hay un abismo entre el sexo que se ejerce fuera del matrimonio, y el amor sexual entre dos cónyuges, que se dan en comprensión, cariño, generosidad, deseos de agradar. No se te ocurra usar éste bello acto como chantaje, como venganza, como presión o en alguna forma parecida. Úsalo siempre que puedas, con la idea previa de agradar primero a tu contraparte, y sin ningún tipo de sensaciones de culpa o de inhibición. Recuerda de quien viene éste regalo.